lunes, 2 de marzo de 2009

"Siempre acabamos llegando a donde nos esperan..."

El miércoles 4 de Marzo tendremos a Don José en la ciudad inaugurando su "Casa de la Cultura". Un Premio Nobel en Albacete ¡Qué cosas! Ver para creer. Con motivo de la confirmación de tal evento, procedí a leerme su última obra: "El Viaje del Elefante".

Quien más y quien menos ha leído algo de Saramago (siendo sus "Ensayos" sus dos obras más conocidas), es decir, tampoco voy a descubrir nada nuevo si digo que su obra está escrita en estilo Saramaguero, véase: no se estructuran los diálogos como en las demás obras, pocos signos de puntuación, reflexiones larguísimas, infrecuente uso de las mayúsculas, etc.

La obra está basada en una historia que escuchó en la Universidad de Salzburgo durante unas charlas y que reflejan la travesía que vivieron un elefante y su cuidador desde Lisboa hasta Viena, siendo el elefante Salomón (o Solimán) el regalo que el rey Juan III ofrece a su primo Maximiliano de Austria. Sencillo, ¿Verdad? Nada más lejos de la realidad, es posiblemente el personaje de un libro que menos ha hablado y que más ha comunicado. El elefante se echa la obra a las espaldas como a un cornaca, y no a un cornaca cualquiera, sino a uno como Subhro.

Novela histórica a simple vista que esconde en sus profundidades la agudeza y las reflexiones irónicas de un escritor grande, tan grande en lo literario como en lo ideológico: uno de los grandes, en mayúsculas, de toda la historia, con el que tenemos la suerte de compartir época.

Extrae Saramago de los escépticos: "La historia de la humanidad es una interminable sucesión de ocasiones perdidas". Yo no voy a dejar pasar esta, ya os contaré como se dio el acto de inauguración con el escritor.

¡Ah! Y no dejéis de visitar el blog de Saramago:

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